domingo, 23 de julio de 2023

526. ¡Vengo de ejercer mi derecho constitucional!

Anoche nos acostamos tarde y hoy nos levantamos temprano: 7.00 a.m. A las 8.30 ya habíamos desayunado; estábamos listos para partir hacia el colegio electoral cuando viniera un amigo a recogernos, pues el centro de votación está a 2.3 km de ida y otros tantos de vuelta. Algo imposible para mi compañera que tiene un ictus en la base del cerebro que le causa inestabilidad al caminar. Tampoco yo puedo recorrer esa distancia, pues carezco de colágeno en una de las rodillas con las consecuencias que eso trae.

El amigo llegó puntual: nos ayudó a subir a la camioneta y, en diez minutos, estábamos en el colegio electoral con un pequeño grupo de supuestos votantes. Todo bien organizado externamente: espacios para los votantes ordenados según una agrupación de letras; con una pequeña cabina habilitada de cortinas laterales, donde asumías que ibas a escoger el partido y los candidatos, con los correspondientes sobres para diputados y senadores.

Para los que no conocen el sistema electoral español, les comentamos que los candidatos a diputados y senadores NO son elegidos por los simpatizantes o activistas del partido correspondiente, sino por la dirección del mismo según sus criterios. NO puedes escoger entre los 37 diputados y los 3 suplentes de la hoja de votación: votas en bloque lo que otros escogieron. En la selección de los senadores ocurre igual, con una variante: puedes “escoger” entre los tres que tiene el partido por el cual vas a votar o escoger alguno de otro partido, siempre hasta un total de tres.

La mayor parte de la población conoce sólo a dos o tres partidos, cuando en realidad son diez los que concurren a las elecciones: seis de ellos sólo pueden presentar tres candidatos para el senado. Uno, el PARTIDO ANIMALISTA CON EL MEDIO AMBIENTE, que puede presentar cuatro y sólo uno los otros tres: POR UN MUNDO MÁS JUSTO, FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.O.N.S. y el PARTIDO COMUNISTA DE LOS TRABAJADORES DE ESPAÑA.

El Estado asigna cantidades proporcionales a su afiliación para la propaganda electoral y otros gastos a los diez partidos. ES MUY IMPORTANTE conocer que TODOS LOS VOTOS NO VALEN IGUAL.

Desde los tiempos del Ágora griega,- plaza pública-, el ejercicio del voto ha variado sustancialmente: allí, durante un tiempo, sólo podían ejercer el voto en la plaza, los que tuvieran un determinado nivel de ingresos. Estaban excluidos los extranjeros, los esclavos y los ciudadanos griegos de menos ingresos. Por tanto, era una democracia coja, incompleta.

Más tarde, “la plebe griega” se sublevó exigiendo SU DERECHO a decidir quién los iba a gobernar. Esto no fue un derecho concedido graciosamente, sino ganado con sangre contra la plutocracia* ateniense y su intento de gobernar con sus escogidos. *[Plutocracia. 1. f. Preponderancia de los ricos en el gobierno del Estado. 2. f. Predominio de la clase más rica de un país. D.L.E., R.A.E., ES.]

Ya aquí la democracia fue extensiva a los ciudadanos griegos en general; más tarde, cuando el número y el poder de los extranjeros creció, se extendió a ellos el derecho a votar y escoger los gobernantes, jueces, dirigentes administrativos y militares mediante el conjunto de toda la población.

Aún más, los griegos llegaron hasta la democracia directa: el derecho a revocar a los electos que ejercían cargos, si no cumplían correctamente sus funciones.

Todavía más, llegaron a crear la figura del Dictador, que también tuvieron los romanos en su momento, cuando la Patria estaba en grave peligro. El dictador ejercía el poder absoluto unipersonalmente, en todos los aspectos de la vida ateniense: desde nombrar generales hasta movilizar a la población. Tenía una pega: ese poder otorgado duraba sólo seis meses, al término de los cuales era renovado en asamblea pública o retirado, reinstalándose el poder en sus diferentes estructuras.

Por tanto, la esencia de la democracia NO es el voto, sino el valor de cada uno de nosotros poderlo ejercer en la persona o personas que consideramos son dignos de representarnos. UN HOMBRE UN VOTO. Todo lo demás es seudo democracia en el mejor de los casos y pura tiranía donde NO es así.

Volviendo a la esencia, a la base de toda la pirámide: el colegio electoral y el voto personal. España y muchos otros estados que se autodenominan democráticos, en el mejor de los casos son seudodemocracias y nada más, porque todo lo que no sea UN HOMBRE UN VOTO ES DISCRIMINATORIO, RESTRICTIVO DE LOS DERECHOS DEL CIUDADANO DE ELEGIR Y SER ELEGIDO. Guste o disguste, esa es la pura realidad económica, social y política.

Término dándoles el “malvado” invento del ingeniero bienintencionado Víctor D´Hondt para establecer el voto proporcional, donde un VOTO VALE MUCHO MENOS QUE OTRO VOTO: UN HOMBRE VALE MUCHO MENOS QUE OTRO.

Los que tienen pocos afiliados deberán lograr alta votación para tener un candidato: cuatro, cinco o hasta siete veces más votos que un partido tradicional. Esto se debe al llamado “Método D'Hont - Infoelectoral - Ministerio del Interior; interior.gob.es

https://infoelectoral.interior.gob.es › metodo-dhont

El método D'Hondt es el sistema que se utiliza para repartir los escaños o concejales entre las candidaturas de forma proporcional al número de votos obtenidos”.

Volviendo al centro de votación, llamado también colegio electoral: en él los partidos tienen un apoderado que los representa, mas hay funcionarios que asumen la personalidad de la Junta electoral Central, con plena autoridad para decidir si puedes votar o no.

Lo llamativo, para mí, es que las papeletas están a la vista de todos los presentes en determinado orden, con los correspondientes sobres: uno de un color que juega con la boleta y otro de diferente  con el correspondiente sobre. UD. debe escoger las dos papeletas y los sobres públicamente, sin privacidad, ante los ojos interesados de los veedores* de la actividad electoral. [*Veedor, ra.  adj. Que ve, mira o registra con curiosidad las acciones de los otros. U. t. c. s. D.L.E., R.A.E.,ES.]

Concluyo: conozco las tiranías y las he padecido. España es una seudodemocracia y poco más, tal vez. Los dos principales partidos políticos se han repartido alternativamente el poder, han mantenido el sistema proporcional porque promueve el bipartidismo, no el pluralismo político.

No llegamos a las sandalias de los griegos mientras el acto de votar no sea del mismo valor para todas las mujeres y hombres que lo ejercen: MIENTRAS UN VOTO NO EQUIVALGA A UN HOMBRE.

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